Cuando las uñas son refugio de esperanza
Cuando las uñas son refugio de esperanza
UNHCR Ecuador, 11 Oct 2021
URL: https://www.acnur.org/noticias/historia/2021/10/6164a2ef4/cuando-las-unas-son-refugio-de-esperanza.html
En el pequeño local de belleza donde trabaja en el centro de Quito, Daniela* se concentra en dibujar coloridas flores en las uñas de una de sus clientas. Con un pequeño pincel impregnado de pintura, mueve delicadamente sus dedos para crear la forma de los pétalos. Tras aprender nuevas técnicas de manicure en Ecuador, esta refugiada colombiana de 37 años encontró un empleo que le está permitiendo dar esperanza a su familia.
A principios de 2019, Daniela tuvo que huir de las amenazas que recibió en su país, pero halló un lugar seguro en el vecino Ecuador junto a su hija de 13 años y su mamá de 59. Aunque los primeros meses en su país de acogida fueron difíciles por la escasez de recursos, poco a poco fue estabilizando su situación.
Dado que en Colombia tuvo su propio negocio de manicure, Daniela intentó encontrar trabajo en Ecuador en ese mismo sector. Sin embargo, una y otra vez recibía respuestas negativas cuando recorría la ciudad entregando su hoja de vida.
“Mi experiencia al principio fue bastante complicada, porque cuando llegamos aquí era muy difícil conseguir empleo. El conocimiento que yo tenía sobre uñas era muy básico, no me aceptaban”, contó Daniela.
No obstante, su situación cambió cuando entró a participar en el Modelo de Graduación, un proyecto de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, e HIAS en Ecuador, que recibe el financiamiento de la Unión Europea. Esta iniciativa, que proporciona un acompañamiento integral a las personas refugiadas en mayor situación de vulnerabilidad para que puedan encontrar una fuente de ingreso estable, le permitió a Daniela acceder a un capital semilla y a formación especializada.
“Con ese capital semilla invertí en materiales para empezar a trabajar a domicilio por mi cuenta. Se me dio la oportunidad de entrar, de pagar un curso de uñas acrílicas, que son la nueva tendencia que ahora se están usando. Y, gracias a ese curso, he podido conseguir trabajo”, explicó.
Daniela forma parte de una de las más de 3.600 familias refugiadas en Ecuador que han participado en el Modelo de Graduación. Este programa apoya especialmente a madres cabeza de hogar, familias numerosas y aquellas personas refugiadas que no cuentan con una red de apoyo en su país de acogida. Quienes son seleccionados reciben herramientas para que puedan adquirir nuevas habilidades e iniciar emprendimientos, así como apoyo psicológico.
Los ingresos que está generando Daniela con su nuevo empleo han facilitado que ella y su familia mejoren su calidad de vida en Ecuador, un país que se ha caracterizado por brindar protección y acogida a las personas que tuvieron que huir de sus países. En este sentido, Ecuador, con más de 518.000 personas forzadas a huir de sus países de origen, es el país de América Latina que ha reconocido a la mayor cantidad de refugiados – más de 70.500 hasta mediados de 2021, de los cuales el 97% son colombianos.
“Antes vivíamos en un cuarto muy pequeño. Ahora vivimos en un mini apartamento que está bien organizado. A mi hija, por ejemplo, antes no tenía cómo comprarle algunas cosas del colegio. Ahora ya dispongo. La alimentación ha mejorado, tengo cómo darle una mejor alimentación a ella”, manifiesta.
Pero las ganas de Daniela de seguir creciendo no han terminado. Ahora que puede cubrir por sí misma algunas de las necesidades básicas más urgentes de su familia, piensa en seguir formándose y así contribuir a la economía de su país de acogida.
“Quiero ponerle todas las ganas para empezar otro curso, uno que abarca todo sobre las nuevas tendencias en belleza de uñas. Con el propósito de ampliar mis conocimientos, aprender más, obtener práctica, aprender y emprender mi propio negocio”, expone con un brillo de esperanza en sus ojos.
A principios de 2019, Daniela tuvo que huir de las amenazas que recibió en su país, pero halló un lugar seguro en el vecino Ecuador junto a su hija de 13 años y su mamá de 59. Aunque los primeros meses en su país de acogida fueron difíciles por la escasez de recursos, poco a poco fue estabilizando su situación.
Dado que en Colombia tuvo su propio negocio de manicure, Daniela intentó encontrar trabajo en Ecuador en ese mismo sector. Sin embargo, una y otra vez recibía respuestas negativas cuando recorría la ciudad entregando su hoja de vida.
“Mi experiencia al principio fue bastante complicada, porque cuando llegamos aquí era muy difícil conseguir empleo. El conocimiento que yo tenía sobre uñas era muy básico, no me aceptaban”, contó Daniela.
No obstante, su situación cambió cuando entró a participar en el Modelo de Graduación, un proyecto de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, e HIAS en Ecuador, que recibe el financiamiento de la Unión Europea. Esta iniciativa, que proporciona un acompañamiento integral a las personas refugiadas en mayor situación de vulnerabilidad para que puedan encontrar una fuente de ingreso estable, le permitió a Daniela acceder a un capital semilla y a formación especializada.
“Con ese capital semilla invertí en materiales para empezar a trabajar a domicilio por mi cuenta. Se me dio la oportunidad de entrar, de pagar un curso de uñas acrílicas, que son la nueva tendencia que ahora se están usando. Y, gracias a ese curso, he podido conseguir trabajo”, explicó.
Daniela forma parte de una de las más de 3.600 familias refugiadas en Ecuador que han participado en el Modelo de Graduación. Este programa apoya especialmente a madres cabeza de hogar, familias numerosas y aquellas personas refugiadas que no cuentan con una red de apoyo en su país de acogida. Quienes son seleccionados reciben herramientas para que puedan adquirir nuevas habilidades e iniciar emprendimientos, así como apoyo psicológico.
Los ingresos que está generando Daniela con su nuevo empleo han facilitado que ella y su familia mejoren su calidad de vida en Ecuador, un país que se ha caracterizado por brindar protección y acogida a las personas que tuvieron que huir de sus países. En este sentido, Ecuador, con más de 518.000 personas forzadas a huir de sus países de origen, es el país de América Latina que ha reconocido a la mayor cantidad de refugiados – más de 70.500 hasta mediados de 2021, de los cuales el 97% son colombianos.
“Antes vivíamos en un cuarto muy pequeño. Ahora vivimos en un mini apartamento que está bien organizado. A mi hija, por ejemplo, antes no tenía cómo comprarle algunas cosas del colegio. Ahora ya dispongo. La alimentación ha mejorado, tengo cómo darle una mejor alimentación a ella”, manifiesta.
Pero las ganas de Daniela de seguir creciendo no han terminado. Ahora que puede cubrir por sí misma algunas de las necesidades básicas más urgentes de su familia, piensa en seguir formándose y así contribuir a la economía de su país de acogida.
“Quiero ponerle todas las ganas para empezar otro curso, uno que abarca todo sobre las nuevas tendencias en belleza de uñas. Con el propósito de ampliar mis conocimientos, aprender más, obtener práctica, aprender y emprender mi propio negocio”, expone con un brillo de esperanza en sus ojos.